viernes, 9 de febrero de 2018

RIMA

Me alumbraste con tus ojos el sendero
Que me llevó alegremente a tu lado
Cual serpiente me inyectaste tu veneno
Y fui para siempre esclavo de tus labios.

Tantas veces he perdido la consciencia
Atrapado solo en un vergel de plástico
Que me siento indefenso como un niño
Embriagado del perfume de un abrazo.

Te miro y soy un lactante abandonado
Necesito de ti para paliar mi sed
Como las olas necesitan de la costa
Para fundirse en un abrazo de placer.

Dormiré desnudo sobre la arena
Soñaré verte al amanecer.

martes, 28 de enero de 2014

Y me detengo (verso en bucle)

Y me detengo.
A contemplar lo que no tengo
lo que pierdo por momentos
y creí haber olvidado...

Pensando.
Oyendo el telediario
me comporto como un loco
cuando no estás a mi lado.

Y no miento.
Si te digo esto es cierto.
No lo figuro ni invento
es verídico, es un cuento.

Soñando.
Cada victoria, cada fracaso
forman todos mi presente
no son parte del pasado.

Asustado.
Devorando mi memoria
cuando ya nada me importa
me empiezo a sentir más fuerte

Y me detengo...

miércoles, 20 de junio de 2012

Si te paras pierdes.


Colapso de aire en tus pulmones
que te infla los cojones,
que vacía tu cabeza
mientras te ofrece respuestas.

Lejos ves tu cuerpo arder
no sin antes comprender
que quien quiere reinventarse
siempre puede reciclarse.

La belleza de lo absurdo
explotó entre tanto número
y desquició tu neurona
la que antaño tuvo pulso.

No saber ni que decir.
No saber lo que mereces.
Tienes claro que vivir
es entender tus sandeces?

En el final de un camino
mejor  comenzar con otro.
No me pidas que te auxilie
cuando yo ni me conozco.

Lanza lejos las cadenas
mirarás al infinito
verás tras esas montañas
estos sueños nunca escritos.

martes, 12 de junio de 2012

Sueño en una temporada de examenes.


Pensamientos vacíos
mentes en blanco.
Tiempo perdido
días olvidados.

Caminos perdidos
senderos helados.
Campos de espinas
pies heridos, descalzos…

Un cielo llorando
perlas de pura amargura.
El hielo bajo tus pasos…
Todo es una locura.

Un grito desesperado
quemó la estampa descrita.
Esta noche sin Luna
Tus ojos alumbran la gruta.

Me calzo deseos etéreos
y predico en el desierto.
Más valoraré el triunfo
si  más duros son los retos.

Soñé mientras escribía
que la vida era poesía
que las rimas eran el tiempo
y los versos, nuestros sueños.

lunes, 9 de enero de 2012

Todos ustedes parecen felices...

...Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen , incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman
de dos en dos
para
odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada
milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo; esta
desesperante, estéril, larga
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.

Ángel González

martes, 13 de diciembre de 2011

Estrés


Llegando el momento
por todos imaginado
necesito ser libre
huir de este pantano.

Partir hacia el campo
prender una hoguera
y usar el fuego
para curar mi ceguera.

Gritar al infinito
catar mi propia sangre
huir del destino,
vivir el instante.

Mis manos me duelen
el humo es incienso
miro el infinito
sin saber que quiero…

Prender una lumbre
comer carne asada
beber  vino añejo
no pensar en nada.

Y tirarme al suelo
hacerme un ovillo
al calor del fuego
escuchar mis latidos.

Vivir una nevada
con olor a primavera
partir al exilio
tomar al fin las riendas…

domingo, 11 de diciembre de 2011

Arenas movedizas

Es cuando me deslizo por la pendiente de los sentimientos cuando me encuentro perdida, arañada, magullada. Siendo yo la causa de todo ello, me repliego en mi misma para encontrarme, pero vagando por un bosque empañado de niebla y sinsentidos, camino tambaleante hacia las más movedizas de las arenas. Y me rindo, me dejo caer y engullir, para descansar una vez más en lo inevitable. Me aferro a la nitidez de lo borroso, y trato de verlo con claridad. Pero el polvo me ciega y me recuerda que nada debo ver.

 

En otro sitio, no muy lejos de ese bosque, alguien bebe cerveza a la luz de un flexo tenue y anaranjado. La música le acuna, pero él ya nada oye. Sólo bebe y se recrea en su decadencia, tiñéndola con un toque de vida a través de un teléfono. No es equilibrio lo que busca, aunque ninguna otra cosa podría salvarle de sí mismo. Lo cierto es que trata de apasionarse una vez más, pero ante la ausencia de la respuesta adecuada, se da por vencido y cae rendido sobre la alfombra, mientras su último cigarrillo se consume entre sus dedos, constituyendo la metáfora perfecta.