Intento nº 1.
-¿Cuál es su nombre?
- Isabel
-
Veamos, Isabel... Veo aquí que es usted Economista
- Así es
-
¿Qué la llevo a estudiar Economía?
- Pues... no sé, siempre quise ser economista, me gusta comprender el mundo en que vivo, tratar con las personas y ayudarlas, afrontar los problemas desde la raíz ¿Sabe? Sé que esto es lo mío.
-
¿Era lo que esperaba?
- Por supuesto. Me ha encantado estudiarla, disfruto con ello, es mi pasión.
-
¿Se ve usted trabajando en nuestra empresa?
- Sí, creo que tengo mucho que aportar.
-
¿Cómo se ve dentro de 5 años?
- Me encantaría tener un puesto importante, estar comprometida con la empresa, hacer bien mi trabajo.
- Comprendo. Muchas gracias, Isabel. Alguien de la empresa se pondrá en contacto con usted en esta semana para informarle del resultado del proceso de selección.
Intento nº 15
-¿Cuál es su nombre?
- Isabel
- Veamos, Isabel... Veo aquí que es usted Economista
- Sí
- ¿Qué la llevo a estudiar Economía?
- Pues si te digo la verdad, no tengo ni puta idea. No sabía que hacer y dije, pues esto mismo. Total, no me entiendo ni yo, así que pensé que para estudiar cualquier otra mierda que no me ayudara en absoluto, por lo menos con Economía podía entender algo de mi exterior.
- ¿Era lo que esperaba?
- No. No me esperaba gran cosa, pero ha sido incluso peor. Aunque es divertido ver como las diferentes corrientes se pelean entre ellas para darle explicación a algo que no la tiene... ¿Sabe? Tiene su gracia.
- ¿Se ve usted trabajando en nuestra empresa?
- Si me pagan lo suficiente para vivir, si.
- ¿Cómo se ve dentro de 5 años?
- Me veo en un zulo de 50 metros cuadrados. Es por la mañana, temprano, y tengo que madrugar. Estoy en la cama tirada... No tengo somier ¿Sabe? Es un colchón en el suelo. Estoy en bragas, es que no uso pijama, no lo soporto. La luz grisácea entra a través de las cortinas, iluminando la habitación entera. Y él está a mi lado. No le veo la cara, pero si le veo la espalda, donde por cierto hay marcas de arañazos míos. Tiene el pelo revuelto y duerme placidamente. Probablemente sueñe conmigo. Lo miro, y sé que es él. No es que sepa que es el hombre de mi vida ni nada de eso... sólo sé que es él con quien quiero estar en ese momento. Con quien me pasaría follando el día entero si no tuviera que venir a esta mierda de trabajo. Con quien viviría en esa cama sin necesidad de nada más. A pesar del sueño que tengo, me levanto, porque sé que cuando acabe aquí, volveré a nuestro zulo, y él me estará esperando.
- Comprendo. Muchas gracias, Isabel. Está usted contratada.