viernes, 9 de abril de 2010

Es verdad. Hace mucho que rompí mi pluma y sobre aquel escritorio dónde antes jugaba a vomitar versos ahora sólo se acumula polvo; polvo y tiempo perdido. Perdido porque apenas lo sentí como mío, porque casi me convierte en un autómata o en una gris persona dependiente de una absurda rutina. Fue entonces cuando una simple imagen me golpeó y sacó mi mente de su absurdo sueño. Una ventana se abrió a mis ojos y por ella una agradable brisa primaveral limpió de polvo el escritorio…

… Pero alguien sabe qué hacer con el tiempo perdido? Es como intentar recuperar el aire que exhalamos, podríamos ahogarnos en él…

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