Azul como el cielo
como el príncipe del cuento
como las aguas del océano
como la tinta con que escribo.
Guardando en tu interior
un hatillo de recuerdos.
Tantos bolsillos ocupados.
Tantas manos, tantos sueños.
Pequeña y cuadrada
en tu plástico encerrada.
Y ahora que eres libre
te sientes vacía y sin nada.
Chafada y pisoteada
como el cielo tienes nubes,
pero no arcos de colores.
Al final todos te olvidan;
al final todos se esconden.
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