Son tus ojos margaritas
que deshojan mi cabeza
cada vez que ellos me miran
mi mundo se decelera.
Es tu pelo suelto un velo,
cortina de seda fina,
liso manto de azabache
que guarece tu sonrisa.
Y tu sonrisa es poesía
dulce verso que acaricia
lo que en mí se hallaba muerto.
Hoy siento vida en mi pecho.
Es tu cuerpo como un fuego
que me quema sin tocarlo,
yo me prendo con mirarlo,
si estoy contigo me quemo.
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