martes, 20 de octubre de 2009

Oda a una fuente fea

Tantas veces tú sangraste

para darnos de beber

sólo agua era tu sangre

sin poderte defender.


En tu oscura tez te guardas

y algo te hizo envejecer

granizo, nieve y agua.

Te vinieron los perros a oler…


Tu calcárea camiseta,

tu naranja pantalón.

Dime quien te diseñó

pues quizás fuiste un pecado.


Ignorante, abandonada

pocos hoy te pisan ya…

y tu ahí sigues estancada

brilla hoy sólo tu pedal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario