¿Sabes? En ocasiones no soy capaz de ser tan yo como debería. Hay días en los que ni tan siquiera me apetece levantarme. Hay noches en las que no quiero dormir. Y tú siempre tan distante.
Mientras fuera aún sonaba el intermitente goteo de las canaletas del tejado, un frío veloz recorrió mi espalda. Tú salías de la cama, y esa sensación de frío se tornó en calor cuando me giré y vi tu espalda. Nada. Nada recuerdo de cómo esta noche terminamos al fin juntos.
Imagino caer tus prendas mientras veo como te vistes, y me regalas una sonrisa que me eriza hasta el cabello. Algo me he tenido que perder, porque el mundo nunca fue tan perfecto.
Todo como un sueño pero no tengo memoria. Quizás eso no importa. Tal vez nunca nada tuvo más valor. Solo sé lo que siento ahora mismo. O tal vez sea tu presencia la que me hace pensar así. Solo puedo pensar en una cosa, pero te has marchado ya.
¿Cómo puede una noche cambiar una sonrisa? Olvidé cómo se escribía, me peleé con mis palabras. Olvidé lo que se sentía y me regalaste hermosos versos. ¿Cómo se puede vivir mirando sólo hacia el pasado? Olvidé que cada segundo es el último que nos es entregado, olvidé aprovechar los finales al máximo. Tomar un poco de vida, dejar trainspotting a un lado… y fuiste tú la tinta con que recuperar mis manos. Hoy eres ciencia ficción. Eres mi droga, mi vida y mi desilusión, mi tristeza y mi alegría. Eres poesía, las palabras brotan sin otra razón.
Y recuerdo mis últimos versos, hoy comidos por el polvo, manchados de whisky, lágrimas y ceniza. Algo murió pero fue mentira. Algo nació que ya existía. Y ahora sueño que estás aún a mi lado.
Suena el teléfono, algo ha cambiado.
Sema, esta entrada está muy bien. Me ha gustado tio, sigue así que yo seguiré leyéndote.
ResponderEliminarUn abrazo
El Fumador.
tachán!!! qué sorpresa, yo me apunto a las palabras del fumador.
ResponderEliminarQuisque se ha levantado, ha inspirado un retal de aire y ha sonreído.